Técnicas de Exploración RadiológicaTórax

CONCEPTOS TÉCNICOS SOBRE RADIOLOGÍA SIMPLE DEL TÓRAX NORMAL

En radiología convencional disponemos de cinco densidades, que de menos a más son: aire, grasa, agua, calcio, metal.

En la radiografía de tórax dichas densidades corresponden:

  • Aire: pulmones, vísceras huecas abdominales, vías aéreas, cierta patología.
  • Grasa: planos fasciales entre los músculos, tejido subcutáneo y alrededor de órganos.
  • Agua: músculos, vasos sanguí-neos, corazón, vísceras sólidas abdo-minales, asas intestinales rellenas de líquido, lesiones sólidas y quísticas del parénquima pulmonar.
  • Calcio: esqueleto, calcificaciones normales y patológicas.
  • Metal: cuerpos extraños, grapas quirúrgicas, bario y contrastes yodados.

La técnica adecuada de una radiografía de tórax es aquella que permite visualizar simultáneamente los campos pulmonares, mediastino y columna dorsal con la menor dosis de exposición.

Las proyecciones empleadas habitualmente son la PA y la lateral.

Ambas se obtienen en bipedestación y en inspiración máxima suspendida. La PA se denomina así porque el paciente se sitúa con el pecho en contacto con el aparato, por lo que el haz de rayos penetra por la parte posterior. La lateral se obtiene, por convenio, con el lado izquierdo en contacto con el aparato (lateral izquierda).

Dado que las estructuras que quedan más lejos de la placa se magnifican, es posible diferenciar el lado derecho del izquierdo en la lateral: la pared torácica, hemidiafragma y demás estructuras se visualizan de mayor tamaño en le lado derecho que en el izquierdo en condiciones normales.

La lateral permite no sólo localizar lesiones identificadas en la PA, sino demostrar patología en áreas más o menos ciegas a la PA: esternón, columna vertebral, área retroesternal, retrocardíaca y lengüeta pulmonar posterior. La lateral puede obviarse en preoperatorios de pacientes sanos menores de 35 años.

Otras proyecciones son:
Anteroposterior supino: Se usa en niños y pacientes que por su gravedad no pueden mantener la bipedestación. En ella la silueta cardíaca y el mediastino superior se magnifican hasta un 20 %, por lo que hay que valorar su tamaño con precaución; además en decúbito, el flujo vascular se realiza preferentemente hacia los vasos pulmonares superiores, por lo que están ingurgitados.

Oblicua: Útil para confirmar la presencia de nódulos, anomalías mediastínicas o costales. No está indicado su uso rutinario.

Lordótica: identifica mejor patología del vértice y del lóbulo medio.

Decúbito lateral derecho o izquierdo: Permite detectar pequeños derrames pleurales y valorar su movilidad, así como la movilidad de formaciones nodulares dentro de cavidades.

Espiración: Se usa en la detección de pequeños neumotórax y en la valoración del atrapamiento aéreo y de los movimientos diafragmáticos.